Nuestra experiencia en Pico de Loro. Conformamos un grupo de ocho personas, de los cuales 3 ya habían realizado el recorrido hace varios años atrás. Por lo tanto uno de ellos era el “guía” (Jonnier). La logística a cargo de Johanna quien hizo las averiguaciones pertinentes, ya que por ser una reserva natural, el ascenso y la reserva El Topacio están protegidos por la CVC. Para los años anteriores que subía el guía nuestro, no había que solicitar permiso, y cuando iniciaron las restricciones al ascenso, Jonnier buscaba una salida alterna para subir (“por el Río”)
Bajo el concepto del grupo, queríamos hacer todo como la norma lo exige. Había que hacer la inscripción por internet de las personas interesadas en subir, sin embargo ya no había cupos, por sugerencia del guía se decidió madrugar bastante para así por ser primeros y si faltaban personas nos cederían los cupos. Alexandra consiguió el número de un guía de la CVC (éste sí es guía real) quien también sugirió que si había personas que no asistieran nos asignaban los cupos.
LA MADRUGADA. Daniela, Andrés y Andrés se levantaron a las 3:00 a.m. Andrés prepraró arroz mixto con verduras. Johanna y Alexandra se levantaron a las 4:30 a.m. Jonnier, Esteban y Liliana se quedaron dormidos. Sí….nos cogió la tarde, el encuentro sería a las 5:30 a.m. cosa que no se logró.
Subimos en carros hasta el Topacio, llegamos a las 6:40 a.m. Por no estar inscritos debíamos esperar a que llegaran los grupos que juiciosamente se inscribieron a tiempo por internet, y cruzar los dedos para que algún despistado o perezoso no fuese.
Alexandra se encontró una prima y el novio, que igual que nosotros, no se inscribieron.
Tuvimos que esperar hasta las 8:00 a.m., había 4 cupos libres solamente. Nos fuimos con el guía de la CVC: Johana, Alexandra, Daniela y Andrés. El resto se despidió….pero no, el guía nuestro (el de Prohibido el Paso) los llevó a ascender por el río: Jonnier, Esteban, Andrés, Prima y novio de Alexandra. Los llamamos “los ilegales”.
El ascenso es espectacular, los paisajes, es un clima delicioso, los últimos metros del ascenso son difíciles, pero vale la pena. Le dijimos a nuestro guía (el de la CVC), que nuestros compañeros subieron por el río, esto con el fin de que pudiesemos encontrarnos con ellos, desafortunadamente no lo tomó a bien, y comunicó por radio de los “ilegales”. Así que varios guías de la CVC, comenzaron a buscarlos. Finalmente en la “Casa de los Quesos”, casa abandonada y vieja, que años atrás fue una quesera, los ilegales convencieron a uno de los guías para que no los devolvieran, y les permitieran ascender. Finalmente todos ascendimos: el paisaje es la mejor recompensa de todo. Compartimos lo que llevamos de comida (arroz con verduras, sandwich de atún y queso). Permanecimos aproximadamente hora y media en la cima. Hace mucho sol, no hay donde guarecerse de la sombra.
Empezamos el descenso, que si fue más complicado porque se sufrieron caídas, y se vieron afectadas seriamente las rodillas de algunos miembros.
Finalmente partimos….grata la experiencia y la compañía. Recomendado