Queremal, Valle del Cauca
Adentrándonos por una estrecha carretera rodeada de empinadas montañas cubiertas de un manto verde de tupida vegetación, arribamos a nuestro destino inicial donde dejamos los vehículos para encontrarnos con la hondonada a la que llaman Diguita. A lo lejos se vislumbra muy en el fondo la cascada que ya nos insinúa su grandeza.
Ya listo el grupo de senderistas llenos de expectativa y deseos de empezar pronto nuestra aventura. Después de una breve charla de inducción del guía. Una serie de ejercicios de calistenia.
Descendemos dos kilómetros, que a cada paso nos enseña paisajes únicos llenos de una mágica naturaleza, llenando nuestros pulmones de aire puro llegamos a nuestra primera prueba donde se mezclan sudor, lodo y risas pues nuestros senderistas se ven exigidos en su pericia para no caer en los charcos y pozos de lodo que los unden hasta las pantorrillas.
Nos recibe un caudaloso río de aguas blancas y puras atravesado por un puente que nos permite cruzarlo sin mayores esfuerzos y que a la vez nos deja ver desde lo alto la belleza del entorno, transcurrimos pues por largos caminos que no son mas que trochas de galope y nos conducen por riachuelos y terrenos de continuas subidas y bajadas. Así pues adentrándonos por campos donde ya no hay ni camino ni trocha y solo bajo la experticia de nuestros guías descubrimos ahí oculta para el común de las personas una de las manifestaciones mas sublimes de nuestra Pachamama a la cual le pedimos en humilde reverencia nos permita regocijarnos en el manto de la sagrada virgen. No hay letra que describa su belleza solo el rostro de nuestros senderistas llenos de júbilo y refulgente de alegrí nos permite imaginarnos lo que en esos momentos inunda sus corazones; pues cada quien vive esta fastuosa experiencia según su ser.
En este recorrido fuimos un grupo alegre, amigable, colaborador, donde cada quien cuidaba a su compañero de ruta permitiendo esto estrechar lazos de amistad que perduraran en nuestro recuerdo por siempre……..
Gratísimas amados seres que tuvieron el coraje de acompañarnos en esta travesíay esperamos de todo Corazón que hayamos logrado sembrar en sus conciencias el misticismo del senderismo que es la filosofía de Caminando por el Valle.
Senderistas: Maribel, Marian Fernanda, Ramiro, Cristian, Natalia, Nubia, Alejandra, Mauricio, Iris, Maia, Johanna, Andrés, Jonnier y Liliana